Burbur Petcare llegó a nosotros como una marca en plena expansión, presente ya en más de 30 países.
Tenían un producto sólido y una filosofía muy clara centrada en el bienestar animal, pero necesitaban dar el siguiente paso: construir una arquitectura de marca clara y escalable, seguir desarrollando su identidad visual de forma coherente y diferencial, y rediseñar su packaging para transmitir confianza, profesionalidad y compromiso con el cuidado animal.
El reto principal fue transformar todos esos valores —ética, sostenibilidad, amor por los animales y profesionalidad— en un universo visual reconocible, coherente y preparado para seguir creciendo.
Burbur Petcare llegó a nosotros como una marca en plena expansión, presente ya en más de 30 países.
Tenían un producto sólido y una filosofía muy clara centrada en el bienestar animal, pero necesitaban dar el siguiente paso: construir una arquitectura de marca clara y escalable, seguir desarrollando su identidad visual de forma coherente y diferencial, y rediseñar su packaging para transmitir confianza, profesionalidad y compromiso con el cuidado animal.
El reto principal fue transformar todos esos valores —ética, sostenibilidad, amor por los animales y profesionalidad— en un universo visual reconocible, coherente y preparado para seguir creciendo.