Influencers, la profesión de moda
Si hace unas décadas le preguntabas a un niño qué quería ser de mayor, seguramente te diría que bombero, profesor, policía o veterinario. Sin embargo, una de las profesiones de moda de hoy en día es ser influencer.
Las marcas buscan en ellos un medio más para implantar su estrategia de marketing. Una nueva forma de llegar a su público objetivo con un mensaje más suave, real y divertido. Un atajo para saltarse los bloqueos que imponían los algoritmos de las redes sociales que, cada vez, ponen más barreras a los perfiles de empresa. Por todo esto, las colaboraciones con influencers son muy efectivas y se rentabilizan bastante bien.
De hecho, tan buenos resultados está teniendo esta profesión que muchos de estos influencers están aprovechando este tirón y están creando sus propias empresas. Suelen ser marcas inspiradas en ellos mismos y que se comercializan a través del medio digital. Es el ejemplo de la influencer Rocío Osorno, que ahora diseña para su propia firma de ropa que lleva su nombre, la guapa Dulceida, que ha dado el salto con Dulceida Shop o Paula Ordovás que terminó fundando My Peep Toes Shop.
Y ya no solo es una profesión de personas adultas, sino que los más pequeño también se han sumado al carro. Son jóvenes pertenecientes a la generación Alpha, nacidos después del año 2010. A su corta edad, ya reciben ingresos millonarios por trabajar para las marcas más destacadas.
El influencer, ¿nace o se hace?
En España, para ser influencer debes tener, al menos, 10.000 seguidores. Sin embargo, esta cifra sería muy pequeña si la comparamos con los instagramers más influyentes de nuestro país. Bien es cierto que todos ellos ya eran famoso antes que influencers.
Llegados a este punto, ¿te imaginas quién es la persona con más seguidores en todo Instagram?
Pero dejando a un lado el número de seguidores, para ser influencer no basta con tener muchos followers, lucir lo último de la pasarela, cocinar fantásticas recetas o ser un as del deporte. Lo realmente importante para dedicarte a esta profesión es tener la capacidad de movilizar e influir a los demás. Ya sea para que terminen comprando unos zapatos o descargándose un vídeojuego.
Por lo tanto, lo que se necesita para trabajar como influencer es tener carisma. Dotar de personalidad a tu contenido. No tienes por qué tener una audiencia multitudinaria (aunque es cierto que esto ayuda), sino que sea de calidad. Que te sigan a cualquier evento al que asistas, te pregunten en qué tienda te has comprado las gafas de sol que llevas o dónde te haces la depilación láser. Este será el único requisito importante para que las marcas quieran colaborar contigo.
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